lunes, 20 de julio de 2020

Internados y Comunicación





                                         Internados y Comunicación




“La sociedad existe para beneficio

de sus miembros, no los miembros
para beneficio de la sociedad”
Herbert Spencer
“La forma en que nos comunicamos
con otros y con nosotros mismos,
determina la calidad de nuestras vidas”.
-Anthony Robbins.

Erving Goffman (11 de junio de 1922, Mannville, Alberta, Canadá - 19 de noviembre de 1982, Filadelfia, Pensilvania, Estados Unidos) fue un sociólogo y escritor considerado como el padre de la microsociología.
Al iniciar este texto se hace necesario poner sobre la mesa algunas definiciones.
Para comunicación tenemos:
-       Para la doctora en ciencias de la información María del Socorro Fonseca, comunicar es: "llegar a compartir algo de nosotros mismos. Es una cualidad racional y emocional específica del hombre que surge de la necesidad de ponerse en contacto con los demás, intercambiando ideas que adquieren sentido o significación de acuerdo con experiencias previas comunes".¨
    * Comunicación verbal. Es el uso de las palabras para la interacción entre los seres humanos, el lenguaje propiamente dicho, expresado de manera hablada o escrita.
     * Comunicación no verbal (lenguaje kinésico) “es aquella que se da sin el uso de palabras, se utilizan gestos, miradas, movimientos corporales, entre otras expresiones” (Lugo, s/f).
     * La comunicación intrapersonal para Cecilia Alegro es: “trata de un tipo de reflexión consciente en la cual nuestra mente se dirige a nuestros sentimientos y viceversa, tratando de racionalizar nuestras emociones o de sensibilizar nuestro raciocinio. Ambas partes intercambian mensajes entre sí buscando aclarar sentimientos y/o ideas a fin de tomar una decisión con respecto a algo o a alguien”.
     * La comunicación interpersonal es el proceso de intercambio de mensajes entre personas cuyas vidas se influyen mutuamente de manera única en relación con las normas sociales y culturales” (neetwork, s/f.
    * Alejandro Rodríguez Puerta psicólogo y coach titulado por la Universidad Autónoma de Madrid dice: “la comunicación grupal es un proceso mediante el cual un conjunto de personas puede transmitirse información, emociones, ideas y pensamientos entre ellas”.
    * Grupo: es un conjunto de personas que interactúan entre sí de modo que cada miembro del grupo recibe la influencia de cada una de las otras personas y, a su vez, ejerce influencia en ellas (Fernández, s/f)
   * Para Carlos Fernández Collado existen varios tipos de grupos entre ellos se mencionan los siguientes:
     Tipos de grupo:
a)       Los grupos formales son: “los que poseen una firme estructura social establecida, frecuentemente impuesta por autoridades externas”.
b)       Grupos orientados hacia una tarea: “son los que se forman con el propósito especifico de realizar una labor externa al grupo”.
Solamente se mencionan dos tipos de grupo para los efectos del presente texto.
Para microsociología se dice:
Microsociología: f. sociol. Parte de la sociología que estudia “los diversos tipos de relaciones sociales que se producen entre los miembros de una colectividad, y las distintas formas de integración de estos al conjunto de la sociedad”.
Para efectos del presente texto se advertirá como sinónimos el concepto de “interacción”,  “acto comunicativo” y “proceso comunicativo”.
Goffman en su obra Internados elabora la concepción de Instituciones Totales, a partir del estudio de diversas instituciones que comparten características totalitarias, en las cuales los individuos comparten un espacio delimitado, bajo tiempos e interacciones controladas. Ejemplos de estas Instituciones son: cárceles, asilos, cuarteles, hospitales psiquiátricos.
Institución total: es el lugar en el que viven y trabajan individuos en igual de circunstancias y aislados de la sociedad por un periodo de tiempo determinado y comparten en su reclusión una rutina cotidiana, dispuesta formalmente.  Goffman se va a centrar en el mundo del interno, y expone su versión sociológica de la estructura del yo.
Se enmarcaría en los grupos orientados hacia una tarea.
Goffman explora la vida social de los establecimientos mencionados, basándose sobre todo en donde el individuo no ingresa voluntariamente.
Se puede considerar que el grupo de individuos ubicados en las instituciones totales forman un grupo formal de manera voluntaria y/o involuntaria.
“Toda institución absorbe parte del tiempo e interés de sus miembros, o sea, tiene tendencias absorbentes. Pero en algunas esta característica es mucho mayor. La tendencia absorbente o totalizadora en ellas está simbolizada por los obstáculos que se oponen a la interacción social con el exterior y al éxodo de los miembros, y suelen adquirir forma material (puertas cerradas, muros altos, alambres de púas, ríos)”.
Goffman propone y clasifica a las Instituciones totales de la forma siguiente:
a) Instituciones erigidas para cuidado de personas incapacitadas e inofensivas (ancianos, huérfanos). En estas instituciones existe la posibilidad de llevarse a cabo diferentes modalidades de comunicación entre los actores.
b) Instituciones erigidas para el cuidado de personas incapaces y que constituyen una amenaza involuntaria (hospitales de enfermos infecciosos, psiquiátricos). Los actos comunicativos en estas instituciones serán circunstanciales.
c) Instituciones erigidas para proteger a la comunidad contra quienes son intencionalmente un peligro para ella (cárceles, campos de concentración). En las instituciones como éstas los actos comunicativos serán propios del escenario respectivo.
d) Instituciones erigidas para el mejor cumplimiento de una tarea laboral (barcos, cuarteles, mansiones señoriales –desde el punto de vista de la servidumbre-). Los actos comunicativos se darán de acuerdo con las circunstancias.
e) Instituciones erigidas como refugios del mundo, con frecuencia sirven para la formación de religiosos (abadías, monasterios). Aquí los actos comunicativos estarán en función de las normas del monasterio.
“Un ordenamiento social básico en la sociedad moderna es que el individuo tiene que dormir, jugar y trabajar en distintos lugares, con diferentes coparticipantes, bajo autoridades diferentes, y sin un plan racional amplio”.
En este ordenamiento el individuo tiene la oportunidad de llevar a cabo una serie de actos comunicativos y hacer uso del modelo de comunicación que vaya a acorde al escenario.
“La característica general de las instituciones totales es la ruptura de las barreras que separan de ordinario estos tres ámbitos de la vida”.

“Primero, todos los aspectos de la vida se desarrollan en el mismo lugar y bajo la misma autoridad única”. La mayoría de los actos comunicativos serán bajo la supervisión de la autoridad y respetando la reglamentación de la institución.
“Segundo, cada etapa de la actividad diaria del miembro se lleva a cabo en la compañía inmediata de un gran número de otros, a quienes se da el mismo trato y de quienes se requiere que hagan juntos las mismas cosas”. En este caso el grupo queda encuadrado en el grupo encaminado a realizar una tarea específica dentro del inmueble y la comunicación interpersonal y grupal se dará circunstancialmente.
“Tercero, todas las etapas de las actividades diarias están estrictamente programadas, o sea que una actividad conduce en un momento prefijado a la siguiente, y toda la secuencia de actividades se impone desde arriba, mediante un sistema de normas explicitas, y un cuerpo de funcionarios. Finalmente, las diversas actividades obligatorias se integran en un solo plan racional”. Este grupo quedaría insertado como un grupo formal y los actos comunicativos estarían restringidos en función de las normas impuestas.
“En las instituciones totales hay una escisión básica entre “internos”, gran grupo manejado, y “personal supervisor”. Debido a esta división de actores comunicativos, la comunicación será esporádica entre los internos y supervisores; entre internos será condicionada a las circunstancias y a las normas de la institución.
“Los internos viven dentro de la institución y tienen limitados contactos con el mundo; el personal cumple una jornada de ocho horas, y esta socialmente integrado con el mundo exterior, tiende a sentirse superior y justo. Los internos para sentirse inferiores y débiles, censurables y culpables”. Los internos llevarán a cabo la comunicación interpersonal, grupal y quizá en algún momento la intrapersonal al interior de la institución, pero restringida con el mundo exterior. La comunicación entre los internos y supervisores se limitará a instrucciones precisas o llamadas de atención.
“La distancia social entre estos dos está a menudo prescripta. Una de las funciones de la “guardia” es controlar la comunicación efectiva entre los internos y el nivel superior. También se restringe el paso de información. Esto da al personal una base sólida para erigir su dominio y guardar distancias. La movilidad social entre estos dos estratos es restringida. Todas las restricciones ayudan a mantener los estereotipos antagónicos”. La comunicación interpersonal entre los internos estará a merced de los guardias. La relación comunicativa entre los internos y la guardia será intermitente ya sea para informar o dar instrucciones.
“El edificio y el nombre de la institución, para los ojos del personal y también de los internos, llegan a identificarse, así como pertenecientes al personal y no a ellos”.
 “Incompatibilidad entre las instituciones totales y el trabajo remunerado en la sociedad: el individuo que internalizó un ritmo de trabajo afuera tiende a desmoralizarse por el sistema de trabajo de la institución total, ya que acá tienen su día programado, y sus necesidades planificadas, la autoridad no cesa después del trabajo, y cualquier incentivo propuesto para el trabajo carece de la significación estructural que tiene en el exterior. A veces se les da un pago mínimo, ceremonial, como ración de comida, o tabaco para que permanezcan en sus puestos, otras veces no son recompensas sino amenazas de castigo físico”.
“Incompatibilidad con la familia: el contraste es la cuadrilla. La fuerza de la institución total depende en parte de la supresión de todo un círculo de familias reales o potenciales, las cuales proporcionan una garantía estructural de resistencia permanente contra las instituciones totales. La institución total es un híbrido social, en parte comunidad residencial, en parte organización formal. (esta es una incompatibilidad con dos formas de organización social, instituciones y familia)”. El interno deja de pertenecer al grupo primario y pasa a integrarse a un grupo donde tendrá que enfocarse a tareas impuestas por la autoridad. Por lo tanto, desarrollará actos comunicativos acorde a su nuevo escenario.
El mundo interno
“Los internos llegan con una cultura de presentación derivada de un “mundo habitual”, un estilo de vida y una rutina de actividades que formaba un marco de referencia y permitía mecanismos defensivos al yo, para evitar conflictos, descréditos y fracasos”. Así es el interno deja de pertenecer al grupo primario del cual formaba parte desde su nacimiento y pasa a formar parte del grupo formal con todo lo que esto conlleva.
“Las instituciones totales no reemplazan la cultura propia por algo ya formado, ni producen aculturación ni asimilación. Es algo aún más restringido. Si algún cambio cultural ocurre derivara de la eliminación de ciertas oportunidades de comportamiento y la impotencia de mantenerse al día con los cambios sociales. Puede ocurrir una “desculturación”, un “desentrenamiento”. Desde luego que es posible una desculturación en virtud de que se incorpora a un grupo de desconocidos y los actos comunicativos serán diferentes a los acostumbrados en el exterior.  
“Estar “adentro” o “encerrado” no significa nada sino depende del significado especial que tenga para el “salir” o “quedar libre”. En este sentido las instituciones totales crean y sostienen un tipo particular de tensión entre el mundo habitual y el institucional, y usan esta tensión como palanca para el manejo de los hombres”. La comunicación juega un papel importante que permite al encerrado desarrollar la comunicación intrapersonal y así realimentarse para lograr quedar libre.
“Apenas entra se le despoja de las disposiciones sociales de su medio habitual que hacen posible una concepción de sí mismo. Y comienzan para la una serie de depresiones, degradaciones, humillaciones y profanaciones del yo. La mortificación del yo es sistemática, pero no intencionada. Se inician ciertas desviaciones en la carrera moral, carrera compuesta por los cambios progresivos que ocurren en las creencias que tiene sobre sí mismo y sobre los otros significativos”. Al ingresar el interno a una institución total inicia el desgano para comunicarse de forma interpersonal y/o grupal con sus compañeros, quizá le quede el reducto de la intrapersonal en el último de los casos. 
“La barrera que las instituciones totales levantan entre el interno y el exterior marcan la primera mutilación del yo”. El interno llega a un mundo distinto al cual tendrá que irse adaptando a través de los diferentes modelos de comunicación y de los que le permita ese mundo nuevo.
“El ingreso rompe con la programación del rol, hay un despojo del rol. El proceso mismo de admisión acarrea otras perdidas y mortificaciones (incluyen historia social del individuo, controlar peso, bañarlo, cortarle el pelo). Este proceso puede considerarse como parte de la “bienvenida” en la que además le ponen nombres “gusano”, “basura”. Además, el proceso es una despedida y un comienzo. La despedida implica el desposeimiento de toda propiedad, la más significativa es el propio nombre. Los registros y confiscaciones refuerzan el desposeimiento”. El interno ingresa a un grupo en el cual sus integrantes son ajenos a él; tendrá que adecuarse a un lenguaje extraño para él, así como a los significantes que utilizan sus nuevos compañeros.
“Una vez que se despoja deben hacerse reemplazos, pero estos son entregas comunes, impersonales, distribuidas uniformemente. El ajuar de las instituciones consiste en prendas viejas”. Al cambiar de ajuar el interno pierde la oportunidad de comunicarse por medio de su vestuario ya que este es impuesto, se recordará que Barthes dice que los seres humanos se comunican no solamente a través del lenguaje sino también de otros elementos culturales tales como la ropa, el peinado, los gestos, las imágenes, etc.
Una forma de mortificación del yo ulterior se manifiesta ya en el ingreso, bajo la forma de exposición contaminadora. Se traspasa el linde que el individuo trazo entre su ser y el medio ambiente. Se viola la intimidad de sí mismo. Las celdas con barrotes cumplen óptimamente ese exhibicionismo. Una forma de contaminación física se refleja en las toallas manchadas, ropas antes usadas. No sólo se viola su intimidad, sino que afecta la comunicación intrapersonal e interpersonal.
“Cuando el agente de contaminación es otro hombre, se produce una contaminación suplementaria, por el contacto interpersonal forzado y su consecuente relación social forzada. El modelo de esta es la violación. Además, el mezclar a todos los grupos, edades y razas diferentes exponen al enfermo a una contaminación por contacto con compañeros indeseables”. En este punto también se ve afectada la comunicación interpersonal y grupal que se desarrolla dentro el cual es diferente al del mundo exterior.
“Otro tipo de exhibición contaminadora introduce a un extraño en la relación íntima de un individuo con sus otros significativos, como leer correspondencia”. Desde luego que ve afectada su comunicación verbal en forma escrito con el exterior al violar su correspondencia y también con el exterior.
“Pero la exhibición puede ocurrir en formas más drásticas, como ser testigo de un atropello físico a alguien con el que se está vinculado y no hacer nada”. Al ver el atropellamiento que sufre con ese alguien le queda únicamente hacer uso del lenguaje kinésico.
“Todo esto comporta una terrible visualización de la autoridad omnipotente bajo la cual vive”. El actor comunicativo se ve en la imposibilidad de iniciar un proceso comunicativo con la autoridad para emitir una opinión.
“Una fuente de mortificación menos directa es la ruptura de la relación habitual del actor con sus actos. La primera ruptura es el “looping”: un estímulo origina una reacción defensiva en el enfermo, y toma esta reacción como objetivo en su próximo ataque. El enfermo comprueba que su reacción defensiva falla en la nueva situación, no puede defenderse ya como de costumbre, poniendo distancia entre la situación mortificante y su yo”.
“Además, en las instituciones se juntan las diferentes esferas de la vida, y la conducta de un interno en un campo de la actividad es echada en cara en otro contexto”. Ciertamente en este nuevo grupo al que se integró el interno está formado de diferentes individuos de origen desemejante.
“Ahora bien, hay un sector de la actividad en la que la autoridad no interviene, y es cuando uno se toma unos minutos en terminar algo y después comer. Pero en las instituciones totales el personal puede someter a reglamentos y juicios, segmentos minúsculos de la línea de acción de una persona. Desbarata así la economía de acción de una persona, que es obligada a pedir permiso o elementos para actividades menores. Esta obligación impone al individuo un rol de sometimiento e invalidez antinatural y deja la línea de acción del enfermo expuesta a intromisión del personal. Dos aspectos de esta tendencia a la multiplicación de reglas”:
1. Estas reglas suelen conectarse con la obligación de realizar la actividad al unísono. Regimentación. De alguna manera se asemeja a un grupo formal y la comunicación se ve afectada al no poder manifestar inconformidad alguna.
2. “Estas reglas difusas se dan en un sistema jerárquico. Cualquier miembro del personal tiene ciertos derechos para disciplinar a cualquier interno, lo que aumenta las probabilidades de sanción”. Se atropella el derecho a la comunicación y se exponen a ser sancionados.
“Con estas dos, el interno vive atormentado por la ansiedad crónica de quebrantar reglas y sufrir la consecuencia inevitable”. De alguna manera se asemeja a un grupo formal y tiene temor de comunicarse y transgredir la norma.
 Procesos de mortificación… 3 líneas…
+ La primera… Las instituciones sociales desbaratan o violan los actos que en la sociedad civil cumplen la función de demostrar al actor que tiene cierto dominio sobre su mundo (autodeterminación, autonomía, libertad). La pérdida de comodidades materiales puede acarrear perdida de autodeterminación, la represión de la autonomía ya resulta de estar encerrado, o con camisa de fuerza. El interno se conflictúa al dejar atrás al grupo al que pertenecía incluyendo el rol que jugaba, para entrar a un grupo donde tendrá que adaptarse a los actos comunicativos propios del internamiento.
+ La segunda… atañe a la fundamentación lógica con que intentan justificar las agresiones del yo. Se clasifican en tres grupos diferentes:
Instituciones religiosas: los reclusos y la superioridad procuran consumar activamente las disminuciones del yo. Automortificación.  El yo lo pierden a través de la comunicación intrapersonal.
Campos de concentración y cárceles: algunas mortificaciones se admiten por su poder mortificante, pero acá el interno ya no acepta ni facilita la destrucción de su propio yo. El interno a través de la comunicación intrapersonal practica el monólogo donde hace referencia de su pasado con el presente.
Instituciones restantes: se justifican con criterios como higiene, responsabilidad por la vida (alimentación forzada), capacidad de combate (apariencia personal en militares).
En las tres, esas argumentaciones suelen ser simples racionalizaciones que tienen su origen en los esfuerzos por manejar diariamente un grupo grande de personas en un espacio reducido y con poco gasto de recursos. Los representantes de la institución harán uso de los mecanismos idóneos o no para controlar a los internos incluyendo el comunicativo.
Tercera. La relación entre este marco de referencia, de interacción simbólica y el modo de referencia psicofisiológico convencional centrado en la “tensión”. En las tres líneas se merma la posibilidad de llevar a cabo cualquier modelo de comunicación con libertad.
“El individuo y los otros deben “interpretar” los ordenamientos sociales, para encontrar la imagen del yo propio que ellos implican. La mortificación del yo implica una aguda tensión psíquica en el individuo. Pero a veces esta tensión puede producirse por otras causas como falta de sueño, mala alimentación. También un alto grado de ansiedad o privación de cosas pueden exagerar el efecto psicológico de la violación de los límites del yo, aunque estos factores no tengan nada que ver con la mortificación que vimos”. Los ordenamientos sociales orillan al interno a desarrollar la comunicación intrapersonal para encontrar el rol que va a jugar en el grupo de internos. 
“Entonces, la tensión y las agresiones contra el yo pueden estar ligadas empíricamente, pero son de dos marcos de referencia distintos”. En este marco es posible que se conflictúe la comunicación intrapersonal primeramente y después la interpersonal.
El sistema de privilegios…
Este, le proporciona al interno un amplio marco de referencia para la reorganización personal, la reconstrucción del yo. Dicho sistema tiene 3 elementos básicos:
• Las “normas de la casa”. Prescripciones y proscripciones.
• “Recompensas y privilegios”, un pequeño número de ellos a cambio de la obediencia al personal. (por ejemplo, dejan que elija como quiere su café). Estos parecen tener efecto reintegrador, reanudando las relaciones que mantenía con el mundo perdido y atenuando síntomas de la exclusión de este. La edificación de un mundo en torno a estos privilegios mínimos es el rasgo más importante de la cultura del recluso. Existe la posibilidad que haya apertura a diferentes actos comunicativos a manera de privilegio a cambio de obediencia.
• Los “castigos”, consecuencia del quebrantamiento de regla. Consisten en la supresión temporaria o permanente de privilegios, o privación del derecho a su conquista. Y también se vea afectada la comunicación al violar la regla de mundo interno.
Características del sistema…
“Los privilegios y los castigos son modos de organización inherentes a las instituciones totales. En ellas los privilegios no son “los privilegios”, solo son ausencia de privaciones”. ¿Qué tanto afecta a la comunicación humana la privación de desarrollar algún modelo comunicativo?
“La libertad futura se elabora dentro de este sistema. Ciertos actos pueden ser el medio para acortar la duración de la estadía”. La privación de manifestarse libremente a través de la comunicación da como consecuencia la disminución de la pena.  
Relacionado con este sistema, se elabora una “jerga institucional” que sirve a los internos. El personal conoce esta jerga y la usa para con ellos. Y junto a esta jerga los internos se inician en el conocimiento de la estratificación interna y jurisdicciones. “la jerga institucional” será el nuevo lenguaje que el actor comunicativo deberá aprender a pasos agigantados para comunicarse adecuadamente con los miembros del grupo al que ingresó.
Los “líos” tienen una función social. Evitan la rigidez que sobrevendría si las promociones por antigüedad fueran la única manera posible de movilidad dentro del sistema. Además, la pérdida del estatus pone en contacto a los más viejos con los nuevos y asegura el flujo de información sobre el sistema y la población. Si atraemos a Sagredo e Izquierdo para señalar que informar es: “en su acepción más usual y cotidiana, es transmitir una ‘noticia’, dar a conocer lo desconocido…” se puede decir que si informan los viejos a los nuevos con un raquítico acto comunicativo en función del escenario.
Así mismo, hay un sistema de “ajustes secundarios”, prácticas que sin desafiar directamente al personal permiten obtener satisfacciones prohibidas o bien licitas, pero por medios prohibidos. (Acomodo) El acomodo se dará paulatinamente en la medida en que el actor comunicativo se vaya adaptando a los nuevos procesos comunicativos.
Otros factores que apuntan a la reconstrucción del yo son:
“El alivio de las responsabilidades económicas y sociales”.
“Los procesos de confraternidad que llevan a personas socialmente distantes a prestarse ayuda y cultivar hábitos comunes de resistencia contra el sistema que les impone intimidad forzosa, igualitaria, comunidad de destino, etc. El nuevo descubre así, que sus compañeros son seres humanos comunes. Los delitos dejan de ser medios efectivos para juzgar. La tendencia a compartir el sentimiento común de ser víctima de la injusticia del mundo y el rencor consiguiente marcan una importante evolución en la carrera moral”. No habría duda alguna que cualquier modelo de comunicación que adopten los actores comunicativos permitirá con mayor facilidad incorporarse al nuevo grupo.
El sistema social del interno lo induce a una vida que le permite evitar los desbastadores efectos psíquicos de la introyección, e impedir que el repudio social se convierta en autorrepudio. Permite que el interno repudie a quienes lo repudian y no a sí mismo. Un ajuste secundario que refleja la confraternidad es la indisciplina colectiva. Se presupone que la comunicación intrapersonal puede coadyuvar a superar el repudio de que es objeto.
“El personal siente que la solidaridad entre grupos de internos puede servir de base para la actividad concertada que prohíben los reglamentos, y entonces procura impedir la formación de grupos primarios”. Se puede considerar que la solidaridad entre los internos es producto de las relaciones interpersonales y grupales.
“A veces, las compulsiones que llevan a los enfermos a tener simpatía y comunicación con los demás no llevan a una elevada moral y solidaridad de grupo. Hay casos en que el interno no puede confiar en sus compañeros y se produce” anomia”. En este escenario los actos comunicativos se dan en la superficialidad cotidiana.
“Las diferencias individuales determinaran distintas posibilidades de adaptación. El interno usará diferentes modos personales de adaptación en las distintas etapas de su carrera moral”. Cualquier modelo de comunicación que desarrolle el interno le facilitará su pronta adaptación.
Tácticas que representan conductas coherentes a seguir: (cada una representa una forma de “controlar” la tensión existente entre el mundo habitual y el institucional).
Regresión situacional: el interno se abstiene de toda participación en la vida de relación. En psiquiátricos se llama regresión. El grado de inhibición a incorporarse al grupo dependerá de la enfermedad que tenga el paciente.
Línea intransigente: el interno se enfrenta con la institución y se niega a cooperar con el personal. El rechazo sostenido requiere de una posición firme de su organización formal. Entonces se eleva su moral individual. El interno se opone consciente o inconscientemente integrarse al grupo de internos.
Colonización: el interno se construye una vida relativamente placentera y estable, con el máximo de satisfacciones que pueda conseguirse. La experiencia del mundo exterior es punto de referencia para demostrar lo deseable que es la vida adentro, la tensión habitual entre ambos mundos está reducida. Las complacencias que pueda lograr el interno dependerán del escenario en que se den los procesos comunicativos.
Conversión: el interno parece asumir la visión que el personal tiene de él y se empeña en desempeñar el rol de perfecto pupilo. (Mientras que el colonizador construye para si algo parecido a la comunidad libre, éste es más disciplinado) El interno empleará cualquier modelo de comunicación para lograr engañar a sus cuidadores.
“Juego astuto: supone una combinación oportunista entre ajustes secundarios, conversión, colonización y lealtad al grupo, y tiende a dar al interno el máximo de posibilidades para salir airoso. El interno apoya la resistencia de sus compañeros y es dócil frente al personal, y aunque aprende a cortar lazos con el exterior para dar realidad cultural a su mundo interior no lo hace hasta una colonización”.
Temas principales en la cultura del interno…
* Egoísmo. La situación de inferioridad establecida al inicio por los despojos crea una depresión personal, y como respuesta se elabora una historia que justifica la abyección del estado actual. El interno llega a hablar y a ocuparse así más de su yo que lo que se ocupaba antes y cae en un exceso de compasión por sí mismo. El personal desacredita esas historias y los internos tienden a ser discretos. En esta situación aparece en el interno la necesidad de la comunicación intrapersonal.
* Sentimiento de que “todo el tiempo pasado allí es tiempo perdido”. Sienten que es tiempo robado a su propia vida hasta que se convencen de que han sido desterrado de la vida por toda la duración de la condena. Las condiciones de vida de las instituciones no bastan para explicar este sentimiento de esterilidad absoluta. Hay que atribuirlo a las desconexiones sociales causadas por el ingreso y a la impotencia para adquirir beneficios posteriormente transferibles a la vida. (los manicomios ofrecen la posibilidad de que piensen que ese tiempo lo usaron para su propia curación) El convencimiento es producto de que en ciertos intervalos el interno desarrolla la comunicación intrapersonal.
“Esto explica el alto valor concedido a las “actividades de distracción”, desprovistas de carácter serio. Además, ayudan al individuo a soportar la tensión psicológica provocada por las agresiones del yo. Las hay colectivas (bailes, clases de arte), individuales (ver tele, leer), patrocinadas por el personal, o como ajustes secundarios (homosexualidad)”. Las actividades se harán más llevaderas si los actores comunicativos se empeñan en practicar la comunicación interpersonal y grupal.  
“La insuficiencia de estas actividades se debe a los efectos de privación”.
Cuando se le da de alta…
La ansiedad que siente adopta un interrogante: “¿podré yo arreglármelas solo afuera? La comunicación intrapersonal lo orilla a plantearse la interrogante.
“La perspectiva resulta posiblemente desmoralizadora, esta puede ser la razón de que muchos piensen en la posibilidad de volver, y es la razón de que muchos vuelvan”. La probabilidad de pensar en volver es alta, ya que se siente integrado al grupo y por consecuencia a los modelos de comunicación empleados en el internamiento.
“Poco después de su liberación el ex-interno se olvida en gran parte de cómo era y como se sentía la vida en la institución. Lo que si conserva es el “Status proactivo”, su posición social dentro de los muros era diferente de la que ocupaba afuera, y además, su posición social en el mundo exterior, cuando salga, nunca volverá a ser la misma”. El ex – interno habrá que iniciar el proceso de incorporación y adaptación al mundo exterior, además el lenguaje en los actos comunicativos será diferente al que empleaba en el internamiento.
“Cuando el estatus proactivo es desfavorable (cárceles), puede hablarse de un “estigma” y los ex-internos harán todo lo posible por ocultar su pasado y superarlo”. Aunque los delatarán sus expresiones orales y el lenguaje kinésico. 

Para explicar la ansiedad, hay diferentes factores…
Desculturación: la pérdida o incapacidad para adquirir los hábitos que se requieren en la sociedad general. Es el factor más importante. Además de los hábitos es también la incapacidad de expresarse adecuadamente al escenario que lo vio nacer.
Estigmatización: tiene que aceptar su estatus proactivo inferior en su condición de interno. Al volver al mundo encuentra una fría acogida.
“También pareciera que la liberación llega justo cuando el interno aprendió a manejar los hilos en su mundo de adentro. Así, es posible que la liberación se le presente como el traslado desde el nivel más alto de un pequeño mundo, al nivel más bajo de un mundo enorme. Además, tal vez no pueda salir de la institución para volver a la comunidad libre sin llevar trabada su libertad con ciertas limitaciones” (ej.: libertad bajo palabra). En principio el interno tuvo que irse adaptando al mundo de adentro iniciando por adaptación al medio, lenguaje, a los diferentes actos comunicativos, así como al lenguaje kinésico y después tendrá que iniciar de nuevo la adaptación al mundo exterior.
• El mundo personal
“Las instituciones totales parecen funcionar como depósitos de internos, aunque uno de sus objetivos formales es la reforma de ellos. Esta contradicción entre lo que “hace” y lo que el personal “debe decir que hace” constituye el contexto básico donde se desarrolla la actividad diaria del personal”. La acción cotidiana se dará en la medida en que se lleven a cabo los diferentes procesos comunicativos en el marco de la norma institucional y del beneplácito del personal.
Circunstancias típicas de este mundo laboral… (trabajo con personas)
“El trabajo del personal, y por consiguiente su mundo, se refiere única y exclusivamente a seres humanos. El personal también tiene que trabajar, después de todo, sobre objetos y productos, pero estos son seres humanos. Como material sobre el que se trabaja, la gente presenta las mismas características de los objetos”.
“Según los principios morales, las personas son fines en sí mismas. De esto se infiere que, en el manejo del material humano, hay que atenerse a ciertas normas, técnicamente innecesarias “normas de humanidad”.
“La necesidad de tener en cuenta los estatus y relaciones de los internos en el mundo exterior. Los derechos negados a ellos se transfieren a un pariente, o director del hospital (representante legal). En cuestión de normas y derechos el personal tiene que cumplirlas, y los vigilan sus superiores y organismos sociales. El gran número de internos y la multiplicidad de aspectos en que hay que considerarlos como fines en sí mismos, enfrentan al personal con algunas de las disyuntivas clásicas que deben encarar en cuanto gobiernan a los hombres”. Esta situación se enmarca lo que es el grupo formal y el que cumple con una tarea encomendada por la superioridad.
“La obligación de mantener ciertas normas de humanidad plantea problemas en sí misma, pero además de esto otro problema es el conflicto entre las normas humanitarias y la eficiencia institucional. Los efectos personales pueden entorpecer el funcionamiento normal de la institución, por eso el despojo. También cuando el interno puede hacer visitas afuera, si se manda alguna la responsabilidad es de la institución. Otra diferencia que tiene el trabajar con personas es que se puede impartir instrucciones a los objetos (amenaza, recompensa) y esperar de ellos (confianza, persuasión)”. Las normas humanitarias le dan la oportunidad al interno de evocar a la comunicación interpersonal y grupal, pero la eficiencia institucional obliga a coartar la libertad de comunicación de los internos.
“La posibilidad de constituirse en objetos de simpatía y cariño del personal, por mucho que haya intentado mantener la distancia”. La proximidad física y la complementariedad de necesidades en la cotidianidad dan como resultado cierta empatía entre el interno y el guardia.
Dos hechos:
1. “El personal tiene que encuadrar dentro de normas humanitarias el trato con los internos”. Pero esto desde el punto de vista no se da, ya que se deben cumplir las normas institucionales.
2. “Puede llegar a concebirlos como criaturas razonables y responsables, susceptibles de ser objeto de interés emocional”.
“Como resultado hay dificultades.. si el enfermo se hace daño a el mismo, el personal para contrarrestar esto quizás se comporte de manera autoritaria y agria, aunque solo busque impedir que se hagan daño. En esas ocasiones es difícil que el personal pueda mantener el dominio de sus emociones”. Es posible que sea resultado de la comunicación intrapersonal del enfermo.
“El personal debe enfrentar la hostilidad y protestas de los internos, y para ello argumentan las perspectivas racionales auspiciadas por la institución”. Las normas institucionales se deberán cumplir.
“Además, tiene una identificación automática del interno (el que está en un psiquiátrico debe ser insano), esto está en el centro de un medio básico de control social. Control que debe mantenerse sin considerar el bienestar. Deseos o pedidos, son vistos como evidencia del desorden mental. En el contacto cara a cara de los internos con el personal, cada encuentro se presenta a menudo en forma de acosos, de pedidos por parte del enfermo, y estos se ven obligados a controlar a los internos y a defender a la institución en nombre de sus fines declarados. El problema del personal acá es encontrar una culpa adecuada al castigo. Por lo demás, los privilegios y castigos que distribuye se enuncian en un estilo que expresa los objetivos legitimados de la institución. La perspectiva institucional se aplica también a los actos que no están sometidos explicita ni habitualmente a la disciplina. “mojar la cama” es visto como “maldad” y “suciedad”. Otra de las funciones del personal es lograr que los internos se autoconduzcan de un modo manejable y, para ese fin, tanto en el comportamiento deseable como indeseable deben definirse como surgidos de la voluntad y el carácter personal de cada interno. No obstante, cada perspectiva institucional contiene una moralidad personal, y en cada institución total podemos ver, el desarrollo de algo análogo a una versión funcionalista de la vida moral”. En este contexto se deben cumplir con las normas institucionales y con las características del grupo formal.
“Pero todas las instituciones sustentan una teoría humana. Esta teoría racionaliza la actividad, proporciona un medio sutil para el mantenimiento de la distancia social con los internos, y una imagen estereotipada de ellos, y justifica el trato que se les da. Abarca las buenas y malas posibilidades de comportamiento del internado, las formas que presenta la indisciplina, el valor instructivo de los privilegios y castigos, y la diferencia esencial entre personal e internos. Si se logra que el interno demuestre una defensa extrema al personal, resultará manejable en lo sucesivo, porque al someterse a estas exigencias iniciales, su resistencia queda de algún modo quebrantada. Por otra parte, el personal tendrá formado una concepción de su propia naturaleza”. Las normas institucionales se ubican muy por encima de las normas humanas con todo lo que esto conlleva, desde luego la comunicación en cualquier modalidad.
• Las ceremonias institucionales
“Además de vinculaciones personales ilícitas entre personal e internos, también hay otro tipo de contacto irregular: los internos pueden estar obligados a prestar beneficios personales al personal, como lavarle la ropa, pintarle la casa, etc, en tales circunstancias cuesta mantener la separación de roles, ya que esto no está previsto por la institución”. La separación de roles se inicia desde que se aplican las normas institucionales y por consecuencia a los actos comunicativos.
Ahora bien, además de estas formas accidentales de cruzar la frontera, toda institución parece desarrollar una serie de prácticas institucionalizadas a través de las cuales personal e internos se acercan lo suficiente para que un grupo obtenga una imagen favorable del otro, prácticas que expresan unidad, solidaridad e interés conjunto, antes que diferencias entre ambos niveles. Hay formas entre las cuales tenemos:
“Redacción e impresión de boletines semanales, noticias, que expresan un interés simpático de la institución por la vida de sus miembros y ofrecen una versión idealizada de las relaciones, en tales casos el personal se presta a que adquieren un ligero control sobre él y a las críticas que puedan pasar la censura. Aunque no parece bueno que los internos hayan aprendido el lenguaje oficial de la institución porque se amenaza la distancia entre ambos grupos”. Los actos comunicativos que se dan en el internamiento se caracterizan por lo descrito en las normas institucionales.
“Un tipo de ceremonia diferente es el de fiestas anuales, en ella personal e internos se mezclan participando en formas de sociabilidad convencionales como comidas y bailes”. Goffman dice que la vida es un teatro y la comunicación se da en ese contexto.
“Otra ceremonia se refiere a la función teatral donde hasta puede haber elencos mixtos, donde hay imitaciones burlescas de personal, aunque hay inspecciones para que la libertad no exceda ciertos límites ya que las interpretaciones se pasan de lo que el personal considera tolerable en general. Tales representaciones del teatro de la institución ante un público de extraños sin duda ofrecen a los dos grupos un fondo contraste para sentir su unidad”. En cada escenario todos y cada uno de los actores se presentará con una máscara que se reflejará en los actos comunicativos.
“Otros tipos de ceremonias cumplen la misma función, se va difundiendo la costumbre de celebrar el DIA de casa abierta en que puede invitarse al público a recorrer instituciones, en estas oportunidades las relaciones de personal e internos suelen verse cordiales e idealizadas, lo mismo que la institución en sí, protegiéndose así de futuras demandas”. Las relaciones y la comunicación entre los actores estarán regidas por las normas institucionales con sus excepciones.
“Otras ceremonias como deportes ínter murales cumplen con singular evidencia otras funciones que permanecen latentes en las  ceremonias, un desempeño eficiente sobrepasa el estereotipo del interno por cuanto lo dota de habilidad, inteligencia, y hasta de honor, y a cambio de la posibilidad de Mostrar eso, los internos comunican ciertas cosas de la institución como ser que el personal no es despótico, y además alentando a su equipo internos y personal prueban una mutua y similar adhesión a la entidad institucional”. El hecho de que el escenario sea deportivo no implica que los actores comunicativos cambien su rol, ahora será una máscara de acuerdo con el contexto, pero no dejará que la comunicación cambie de alguna manera.
“Algunos comentarios finales: las ceremonias tienden a presentarse con una periodicidad espaciada y suscitar cierto revuelo. Todos los grupos del establecimiento se asocian a ellas, pero se les da el lugar que corresponde, se puede ver además que una sociedad peligrosamente dividida puede a través de estas ceremonias mantenerse unida”.  
“Empero un análisis funcionalista no es del todo convincente, muchas veces es conveniente preguntarse si estos relevos de rol crean solidaridad realmente, dado que los miembros del personal suelen rezongar entre si a las ceremonias impuestas. Una institución necesita ceremonias colectivas porque es algo más que una organización formal, pero estas son forzadas e insípidas porque es algo menos que una comunidad”. Es imposible que se dé rol solidario en virtud de que la norma institucional indica como debe ser la comunicación entre el interno y el personal.
“Sea como sea las ceremonias muestran al modificar temporariamente los roles que la diferencia de carácter entre ambos grupos no es inevitable e inalterable (comentario similar ya hizo Goffman de la relación de estigmatizados y normales en ciertas prácticas) Además la ceremonia que invierte el drama social ordinario nos recuerdo lo soslayado de la dramaturgia, pero carece de consistencia en la realidad, donde la intransigencia, el hostigamiento y las complicaciones desbordan los límites entre personal e internos sugiriendo que la realidad social de las instituciones totales es precaria, una de las proezas de las instituciones totales es exhibir y sostener una diferencia entre dos categorías construidas de personas, diferencias en carácter social y carácter moral, y diferencias en las percepciones respectivas del yo y del otro”. La comunicación interpersonal y grupal entre los actores comunicativos se da acatando lo descrito en la norma institucional y con la característica de un grupo formal.
• Salvedades y conclusiones
“Un estudio más hondo exigiría la diferenciación de roles que hay dentro de cada uno de los dos grupos”. Sería interesante saber cómo se darían los procesos comunicativos entre los grupos de internos y entre el grupo de cuidadores desde luego cada uno en su propio escenario.
“Hay dos aspectos a remarcar aquí, ambos relacionados con la dinámica del nivel inferior de personal: estos son los empleados a largo plazo a diferencia de los internos y personal superior que se renueva más seguido, este grupo además es el encargado de exponer a los internos las exigencias de la institución ganándose así su odio y desviándolo del personal superior. Un segundo aspecto se refiere a las pautas de deferencia, en la sociedad civil y los ritos de saludos incluyen un componente básico de espontaneidad, pero en las instituciones totales parece específica la adopción de ciertas formas específicas de cortesía, la cortesía está asentada sobre una base formal y obligatoria”. Los actos comunicativos donde intervienen los actores del nivel inferior no escapan a sujetarse a la norma institucional.
“La división en dos grupos puede encubrir además hechos importantes como que en algunos establecimientos el hombre más alto del nivel información tiene más poder que el más bajo del estatus inmediatamente superior, y existen establecimientos que además obligan a compartir ciertas privaciones colectivas”.
“Respecto a las personas que ingresan por primera vez en el centro, lo pueden hacer bajo diferentes estados de ánimo Hay personas que ingresan a las Instituciones en diferentes condiciones: los que llegan voluntariamente (en instituciones religiosas) y los que ingresan involuntariamente (en cárceles). Por tanto, de estas diferentes circunstancias se esperan diferentes tipos de internos”. Desde luego que los actos comunicativos en los dos casos mencionados serán diferentes, pero se darán bajo la norma institucional.
“A esta variable de modo de reclutamiento se le incluye otra, relativa al grado en el que el personal tenderá a provocar un cambio autorregulador en el interno. A este cambio regulador se le incluye la tendencia a cambiar los nombres a los que ingresan, desde ese mismo momento para simbolizar mejor la ruptura con el pasado, y la entrega a la vida de establecimiento”. Es difícil el cambio autorregulador en virtud de que los actos comunicativos están en función de la norma institucional.
“Otra dimensión variable es la permeabilidad de las instituciones o sea el grado en que las normas del mundo exterior y del mundo interior se han influido recíprocamente, y han llegado por tal medio a minimizar las diferencias”. Las normas del mundo exterior permean de manera sensible hacia el mundo interior ya que, al menos en el ámbito comunicativo es limitada la libertad de los actos comunicativos.
“Ahora bien, en los procesos de admisión se ven los aspectos impermeables de la institución, porque los procesos de despojo cortan de raíz y suprimen las distinciones sociales exteriores y se puede crear una orientación hacia su propio esquema, adviértase que tratar a todos por igual puede ser un consuelo como una privación para los internos”. Al suprimir las distinciones sociales exteriores, también se suprimen la forma de desarrollar los actos comunicativos en virtud de que les aplicarán la norma institucional y será un escenario distinto.  
“Además, la permeabilidad puede tener consecuencias variables para sus operaciones, así se ve la posición precaria del nivel más bajo de personal que puede tener los mismos orígenes que los internos, y al compartir su cultura puede ser intermediario, canal de comunicación, pero esto le costará a su vez mantener la distancia”. Se hace necesario saber el porcentaje de internos que tienen el mismo origen que el personal de nivel más bajo para que se pueda dar el canal de comunicación.   
La carrera moral del paciente mental
“Carrera: trayectoria social recorrida por una persona en el curso de su vida. Una de sus ventajas es la ambivalencia: por un lado, se relaciona con asuntos subjetivos como la imagen del yo, por otro se refiere a una posición formal, a relaciones jurídicas, a un estilo de vida. Nos preocupan los aspectos morales de la carrera, es decir, la secuencia regular de cambios que la carrera introduce en el yo de una persona, y en el sistema de imágenes con que se juzga a sí misma y a las demás”. En el lapso en que se permite juzgar a sí misma la persona y juzga a los demás miembros del grupo, implícitamente está llevando a la práctica la comunicación intrapersonal.
“Por otro lado, la categoría de paciente mental debe entenderse desde un punto de vista sociológico. En esta perspectiva la concepción psiquiátrica de una persona sólo cobra significación en cuanto altera su destino social, y en nuestra sociedad esa alteración parece significativa solo cuando la persona es sometida a un proceso de hospitalización”. El paciente mental distorsionará quizá de forma intermitente los actos comunicativos donde participa.
• Etapa pre-paciente: periodo previo a su internación
“Encontramos en él un intento de luchar contra lo que es esencialmente un fracaso como ser humano, la impotencia de ser algo que valga la pena ser, y por ende se merezca su propio respeto. Apareada a esta se encuentra otro aspecto, el esfuerzo de ocultar a los otros lo que considera las nuevas verdades fundamentales acerca de sí mismo y el intento de ver si los otros también lo han percibido. Esto provoca ansiedad y angustia en el paciente”. En este escenario el pre – paciente desarrolla la comunicación intrapersonal para hacerse todas las reflexiones.   
“Para la persona que se cree mentalmente desequilibrada, el ingreso a un hospital psiquiátrico resulta a veces un alivio”. En este contexto la persona hará lo posible por involucrarse en todos los ámbitos del hospital, incluyendo el comunicativo.
“En otros casos la hospitalización puede empeorar la situación. Así pues, su primer contacto con la institución adopta una de las formas siguientes: algunos se internan porque la familia le ha suplicado que lo haga, o ha amenazado romper los vínculos de parentesco, otros llegan bajo escolta policial, otros porque los llevan engañados”. Cuando es este el escenario, le va a hacer difícil al pre -- paciente incorporarse al grupo que va a pertenecer con todo lo que conlleva.
“La carrera del pre -- paciente puede considerarse como un proceso de expropiación: cuando se inicia esta primera etapa, es poseedor de derechos y de relaciones, cuando termina y da comienzo a su estancia en el hospital, los ha perdido casi todos. Los aspectos morales de esta carrera parten entonces de una experiencia de abandono, deslealtad y resentimiento, aunque para los demás sea obvio que necesita tratamiento y el a poco de estar en el hospital lo reconozca”. Al ingresar el pre -- paciente al hospital y perder sus derechos y relaciones con el exterior, es producto de la comunicación intrapersonal y posteriormente se enfrenta a la realidad de ingresar a un nuevo grupo que le va a deparar sorpresas.
Al deslindar las transgresiones que pudieron servir de fundamento para la hospitalización, de las que verdaderamente la fundamentaron, se encuentran las “contingencias de carrera”.
“Mientras se desarrolla el proceso que culminará en la hospitalización el pre-paciente puede participar como tercera persona en lo que puede experimentar como un tipo de coalición alienativa. Al llegar al consultorio se dará cuenta que no se le da el mismo rol que a la persona que lo llevo, y entenderá que hay un previo entendimiento entre ellos actuando en su contra. El sentimiento de traición presenta otros dos aspectos: primero, no es común que el que sugiere la internación pinte un cuadro realista, segundo cuando se lo interna sufre del despojo”. A partir del proceso de hospitalización el pre -- paciente inicia la pérdida del mundo exterior y por consiguiente sus derechos, entre ellos el no participar en los actos comunicativos entre la persona que lo llevo y el médico. 
“A los mediadores en el tránsito de un sujeto de estatus civil al status de paciente, como a los cuidadores cuando es paciente y está en el hospital, les interesa que una persona responsable y allegada al paciente se constituya en su apoderado o guardián suyo. Así esa persona se transforma poco a poco en su “curador”, y contribuye a que el proceso de transición se desenvuelva en forma ordenada”. Desde que el paciente se encuentra en el hospital, se le margina para que participe en los actos comunicativos, ya que estos actos los realizará su apoderado y el personal del hospital.
“Dado el rol determinante de la carrera de contingencias, hasta que la persona es hospitalizada no parece haber ningún medio seguro para pronosticarle tal destino, y puede que ni él se conciba que se está transformando en un paciente mental. Pero puesto que hay que retenerlo en el hospital, contra su voluntad, se necesitan justificativos racionales. Así se muestra que la enfermedad evolucionó a lo largo de su vida, y que de no hospitalizarse pueden pasar peores cosas. Si el interno quiere hallar algún sentido a la permanencia ahí y mantener viva la esperanza de que su persona allegada es buena, tendrá motivos para admitir la elaboración psiquiátrica”. La enfermedad psiquiátrica que lleva al paciente a la hospitalización va aparejada la pérdida de sus derechos y la de participar en los actos comunicativos, así como el poder integrarse a su nuevo escenario.
“Un aspecto fundamental en cada carrera es la perspectiva que de ella se traza la persona, cuando contempla su evolución retrospectivamente. La carrera del pre-paciente depende de esta reconstrucción”. La evolución retrospectiva se dará a partir de qué el paciente inicié la comunicación intrapersonal.
El hecho de haber vivido una carrera de pre-paciente, que comenzó con una denuncia efectiva, es un elemento importantísimo en la orientación del paciente mental, que solo empieza a actuar a partir de la internación, donde el paciente comprueba que ha tenido una carrera de pre-paciente y ya ni eso le queda.
NOTA: Entonces… Está en primer término las personas más allegadas al pre-paciente, en segundo término, la persona que ha puesto al paciente de camino al hospital, y en tercer puesto los mediadores, la sucesión de agentes o agencias a los que el pre -- paciente es transferido. El paciente suele sentirse traicionado por su familia y amigos.
• Etapa del paciente
“Después de un tiempo de llegado, el paciente depone el abrumador esfuerzo de ausencia y anonimato y empieza a ponerse a disposición de la comunidad hospitalaria, para la interacción social”. Con el devenir del paciente empieza a integrarse a su nuevo grupo formal y por consiguiente a los diferentes actos comunicativos.
“Esto es “asentamiento. En cuanto el pre -- paciente comienza a asentarse, su destino tiende a seguir el modelo de la institución”. En este escenario el pre – paciente se incorporará al modelo de la institución acatando la norma institucional.
“El ambiente y conjunto de normas del hospital psiquiátrico presionan al paciente para sentirse que después de todo, no es más que un caso patológico, que ha sufrido alguna especie de colapso social. El nuevo paciente se encuentra desposeído de una cantidad de sus afirmaciones, defensas, satisfacciones, y aprende en qué pobre medida puede mantener la imagen de sí mismo”. La norma institucional del hospital, la comunicación interpersonal y grupal harán que el paciente se vaya adaptando al grupo al cual acaba de integrarse.
Sistema de salas: el yo no se origina sólo en la interacción con los otros significativos, sino que es fruto, de las disposiciones que toma una organización para sus miembros. Las condiciones físicas de un establecimiento pueden usarse para moldear la concepción que una persona tiene sobre sí misma. Y bien, el psiquiátrico es un caso extremo de esto, hace sentir al paciente mental en forma penetrante, persistente, y concienzuda la significación que sus ambientes tienen para el yo.
“El sistema de salas asegura un alto grado de movilidad social interna, cada uno de esos movimientos conlleva una alteración drástica en el nivel de vida, y materiales que puedan usar para constituir el afianzamiento su yo. Desde el punto de vista actual, este sistema funciona como una especie de incubadora: los pacientes ingresan en condiciones sociales de primera infancia para pasar, al término de un año, a salas de convalecientes, en condiciones de adultos resocializados. Pero el concepto de socialización queda un tanto lejano de la mano de las instituciones que se centran en coaccionar a los pacientes y absorberles su propia identidad. El yo del pre -- paciente aumenta o disminuye de acuerdo con la afiliación que se entabla entre la persona más allegada y el entorno”. El paciente se verá beneficiado al estar en un sistema de salas, que, aunque será la misma norma institucional, tendrá la oportunidad de convivir con pacientes diferentes por sala y las interacciones grupales e interpersonales serán variadas.
“En un determinado momento de su carrera, el interno construye una imagen del curso de su vida (pasado, presente, futuro), y al hacerlo, elije, abstrae y distorsiona a fin de obtener una versión de sí mismo que pueda exhibir ventajosamente en sus actuales circunstancias. Acá se da la función social clásica de las redes informales de relación entre pares: c/u sirve a los demás de auditorio para las historias que apuntalan a su yo”. La comunicación intrapersonal será de gran ayuda para que el paciente construya la imagen a partir del pasado con tendencia al futuro.
“Ahora bien, como hay una relación directa entre las dificultades que ocasiona un paciente y su versión personal de los hechos, el personal al desacreditar esta versión habrá facilitado que el paciente se avenga a cooperar. El interno debe “compenetrarse”, o fingir que lo hace, con la perspectiva de sí mismo que tiene el hospital”. Al fingir el paciente desarrolla el acto comunicativo que le convenga a sus intereses.
El personal conoce todos los aspectos de la conducta pasada del paciente, que permiten manejarlo con más provecho para él y menos riesgos para los demás. “Toda la información contenida en las historias clínicas es verdadera, pero también casi todas las vidas pueden contener los suficientes hechos denigrantes para justificar una reclusión. Y es verdad que las historias clínicas muestran las múltiples formas en que el paciente es insano, pero se extraen ocasiones en las que pudo salir airoso. Importa que, siendo ciertos hechos registrados, el paciente seguirá sometido a la misma presión cultural que induce a ocultarlos, más amenazado aun porque ahora no puede escoger quien leerá eso. Además, están las reuniones del personal, donde se habla de los pacientes. Así el paciente confronta con una imagen de él unificada bajo un enfoque común, y se sentirá víctima de una conspiración general”. El conocer el pasado del interno, el cuidador tiene la información necesaria para manipular al interno ayudado de los procesos comunicativos.
“Además de estas pautas formales, está en el más informal de los niveles, la conversación durante el almuerzo. Ahí se versa sobre anécdotas de ellos, y el nivel de murmuraciones se intensifica porque se da por sentado que todo lo que atañe al paciente incumbe al hospital”.
“Los hospitales psiquiátricos divulgan el tipo de información sobre cada interno qué este puede tener mayor interés en ocultar, y emplea a diario tal información, para desautorizar sus reclamaciones. Cada vez que el personal desbarata sus ficciones, fuerzan al paciente a reconstruirlas, y así”. Los cuidadores emplean la información para desacreditar los actos comunicativos de los internos.  
“El hecho de tener los errores pasados y la evolución presente bajo vigilancia moral ajena provoca una forma especial de adaptación que consiste en una actitud desprovista de moral hacia los ideales del ego”.
El interno va restando importancia a las destrucciones y reconstrucciones del yo, en la medida que se da cuenta que el personal y los demás internos son indiferentes a esto. Aprende que se puede ver una imagen justificable del yo como algo ajeno a uno mismo, algo posible de construir, perder, reconstruir a toda prisa. Se convence de que resulta viable asumir una posición (por ende, un yo) al margen del yo que el hospital puede darle y arrebatarle. En este contexto moral, de que construye y lo destruyen, se desmoraliza. Y aprende en el hospital que el yo no es una fortaleza, sino una ciudad abierta. Después de haber sentido lo que significa ser definido por la sociedad como carente de yo viable, la amenaza que entraña eso queda debilitado. Así el paciente escala una nueva altura cuando verifica que puede sobrevivir, aunque actúe de un modo que pueda destruirlo. El paciente al hacer las reflexiones del “yo” las forma durante el proceso de la comunicación intrapersonal.
La carrera moral implica una secuencia normal de cambios en su manera de concebir los yoes, principalmente el suyo. Pueden tomarse en cuenta además las tácticas que adopta ante otros seres determinados, sea que se adhiera o no a esas actuaciones. Cada carrera moral, y cada yo, se desenvuelve dentro de los límites de un sistema institucional. El yo puede verse, así como algo que radicó en las disposiciones vigentes para los miembros de un sistema social. En este sentido no es propiedad de la persona a quien se atribuye, sino inherente a la pauta de control social ejercido por ella y por los que la rodean. Este tipo de ordenamiento institucional constituye al yo.
A manera de colofón se puede presumir que cualquier Institución Total sea cárcel, asilo, cuartel u hospital psiquiátrico, el interno o paciente se ve limitado de desarrollar adecuadamente algún modelo de comunicación, ya sea por la norma institucional y/o por el gusto del cuidador.
La intención de tratar de compaginar una semblanza de lo que el libro de “Internados” de Irving Goffman es el demostrar de alguna manera que la comunicación es imprescindible en todos los escenarios de la vida diaria de uno ser humano.
Amable lector espero sus opiniones en el correo electrónico jesusrodriguezmejia@hotmail.com
                                                                            
                                                        Jesús Rodríguez Mejía
                                                                                                                                                                                                                                                                       Junio de 2020

Fuentes   

//serialdelay.blogspot.com.mx/2010/08/internados-ervin-goffman.html
Lugo, Z. (s/f). Comunicación verbal y no verbal Recuperado el 28 de junio de 2020.     https://www.diferenciador.com/tipos-de-comunicacion/ 
Neetwork. (s/f) Comunicación interpersonal: Qué es, elementos y tipos. Recuperado el 28 de junio de 2020. de https://neetwork.com/comunicacion-interpersonal/
Fernández, Carlos (s/f) La Comunicación humana en el mundo contemporáneo (3ª. Ed) Ciudad de México: Mc Graw Hill  




  





1 comentario:

  1. Muy útiles sus aportaciones profesor contribuyen a mi desempeño profesional y personal. Es Un escrito fluido y claro . Gracias por compartir

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