DON BOSCO
El Opúsculo sobre el Sistema Preventivo
EL
OPÚSCULO SOBRE EL SISTEMA PREVENTIVO es la redacción hecha por Don Bosco del
núcleo doctrinal de su conferencia pronunciada en Nizza, pocos días antes, en
la inauguración del Patronato de San Pedro del cual era “Director y Fundador”.
La
celebración tuvo lugar el lunes 12 de marzo de 1877 y fue presidido por el
obispo Jean Pierre Sola, Don Bosco había hablado entre francés e italiano
intencionalmente, y con un aire jocoso. Expuso, ante todo, la historia y la
finalidad de la Obra y luego algunas ideas sobre su Sistema de Educación.
La
imagen de Don Bosco que he colocado al principio la publicó el Colegio
Salesiano Pio XII de Puerto La Cruz.
Antes
de partir de nuevo a Italia lo comprometen en Francia para que les envié por
escrito el contenido de su intervención. Don Bosco lo hace en los días
inmediatamente subsiguientes.
En
efecto, el 23 del mismo mes escribe al director salesiano José Ronchail. Le
dice que “el discurso (I’exposé) está terminado”, y entre el 3 y 10 de abril se
lo remite. El relato comienza con la crónica de la jornada de Nizza y la
historia de la obra.
Por la
croniquilla de Julio Barberis, se deduce que el material enviado incluía las
páginas sobre el Sistema Preventivo, pero no poseemos hoy el original del
mismo. Las transcripciones que serán publicadas pertenecen a Joaquín Berto; la
versión en francés supone a lo menos tres traductores diversos. Las
correcciones hechas por Don Bosco son insignificantes.
El
pequeño tratado es como “el índice de una obrita” nunca escrita por el santo.
Resume la experiencia personal de Don Bosco y de sus hijos y colaboradores. El
Opúsculo es contemporáneo a la redacción de los Reglamentos de sus
Instituciones. Francisco Desramaut puntualiza la denominación francesa de
“Patronage” que se usó para esta fundación.
Evoca,
escribe, una serie de conceptos sociales como el de pobreza, el de desamparo
juvenil; el de protección y formación moral. Cita parte de una crónica
referente al Patronato de San Pedro que apareció en el Boletín Salesiano de
1898.
“El Patronato es una obra de educación y de
acompañamiento. Etimológicamente el *Patronato* protege al niño y al muchacho
de su propia debilidad, de las influencias nocivas del ambiente y de las
propias pasiones…En el Patronato los jovencitos reciben una formación
cristiana; hallan sanas diversiones; educación en el trabajo, en el manejo del
dinero y en la formación de la personalidad; viven de amor paternal de sus
educadores que es el amor de Nuestro Señor Jesucristo”
Hace
notar, al narrar la jornada del 12 de marzo, como Don Bosco, se introduce en el
tema de su propuesta educativa con un episodio que recuerda el de Garelli, del
8 de diciembre de 1841, con el que inicia en sus Memorias el relato de su
Oratorio de Turín.
Una
mañana se presenta, un pequeño violinista, para solicitar su admisión. Como
Bartolomé Garelli tampoco tiene padre; pero esta vez, la madre no ha muerto,
vive en una grande miseria, el subsiste por la música de su destartalado
instrumento. Tiene de quince a dieciséis años. No ha hecho la primera Comunión,
y apenas sabe escribir y leer.
Don
Bosco hace notar que de chicos como este están llenas las cárceles.
Este
episodio, en la biografía francesa de Don Bosco que escribe Carlos D´E
Spiney
cuatro
años más tarde, termina con esta frase
“¡Bien!
¡Amiguito mío, tienes todas las cualidades requeridas para entrar en la casa de
Don Bosco! Y ordenó fuera admitido de inmediato. Este niño hoy en día es un
excelente industrial”
*El
texto publicado en 1877
El Sistema
Preventivo en la educación de la juventud
Muchas
veces se me ha pedido, de palabra o por escrito, algunos pensamientos sobre el
llamado sistema preventivo practicado en nuestras casas. Por falta de tiempo no
he podido hasta ahora satisfacer tales deseos; más disponiéndome en la
actualidad a imprimir el Reglamento usado ordinariamente hasta el presente casi
por tradición, estimo oportuno dar aquí una idea que será o el índice de una
obrita que estoy preparando y que publicaré, si Dios me da vida y salud para
terminarla. Hago esto movido únicamente por el deseo de aportar mi granito de
arena al difícil arte de educar a la juventud. Diré, pues, en qué consiste
sistema preventivo y por qué debe preferirse, sus aplicaciones prácticas y sus
ventajas.
En qué
consiste el Sistema Preventivo y por qué debe preferirse
Dos
sistemas se han usado en todos los tiempos para educar a la juventud: el
preventivo y el represivo. El represivo consiste en dar a conocer las leyes a
los súbditos, y vigilar después para conocer a los transgresores y aplicarles,
cuando sea necesario, el correspondiente castigo. Basándose en este sistema, la
palabra y la mirada del superior deben ser en todo momento, más que severas,
amenazadoras. El mismo superior debe evitar toda familiaridad con los
subordinados.
El
director, para aumentar su autoridad, debe dejarse ver raras veces de los que
de él dependen, y, por lo general, sólo cuando se trate de imponer castigos de
amenazar.
Este
sistema es fácil, poco trabajoso y sirve principalmente para el ejército y, en
general, para los adultos juiciosos, en condición de saber y recordar las leyes
y prescripciones.
Diverso,
y casi diré opuesto, es el sistema preventivo. Consiste en dar a conocer las
prescripciones y reglamentos de un instituto y vigilar después, de manera que
los alumnos tengan siempre sobre si el ojo vigilante del director o de los asistentes,
los cuales, como padres amorosos, hablen, sirvan de guía en toda circunstancia,
den consejos y corrijan con amabilidad; que es como decir: consiste en poner a
los niños en la imposibilidad de faltar.
Este
sistema descansa por entero en la razón, en la religión y en el amor; excluye,
por consiguiente, todo castigo violento y procura alejar aún los suaves.
El
sistema preventivo parece preferible por las razones siguientes:
1) El
alumno, avisado según este sistema, no queda avergonzado por las faltas
cometidas, como acaece cuando se las refieren al superior. No se enfada por la
corrección que le hacen ni por los castigos con que le amenazan, o que tal vez
le imponen; porque este va acompañado siempre de un aviso amistoso y
preventivo, que lo hacen razonable, y termina, ordinariamente, por ganarle de
tal manera el corazón, que él mismo comprende la necesidad del castigo y casi
lo desea.
2) La
razón más fundamental es la ligereza infantil, por la cual fácilmente se
olvidan los niños de las reglas disciplinarias y de los castigos con que se van
sancionadas. A esta ligereza se debe sea, a menudo, culpable el jovencito de
una falta y merecedor de un castigo al que no había nunca prestado atención y
del que no se acordaba en el momento de cometer la falta; y ciertamente no la
habría cometido si una voz amiga se lo hubiese advertido.
3) El
sistema represivo puede impedir un desorden, mas con dificultad hacer mejores a
los que delinquen. Se ha observado que los alumnos no se olvidan de los
castigos que se les han dado, y que, por lo general, conservan rencor,
acompañado del deseo de sacudir el yugo de la autoridad y aun de tomar
venganza.
Parece
a veces que hacen caso omiso; mas quien sigue sus pasos sabe muy bien cuán
terribles son las reminiscencias de la juventud; y cómo olvidan fácilmente los
castigos que les han dado los padres, mas, con mucha dificultad, los que les
imponen los maestros. Algunos han habido que después se vengaron brutalmente de
castigos que les dieron cuando se educaban.
El
sistema preventivo, por el contrario, gana al alumno, el cual ve en el educador
a un bienhechor que le avisa, desea hacerle bueno y librarle de sinsabores, de
castigos y de la deshonra.
4) El sistema
preventivo dispone y persuade de tal modo al alumno, que el educador podrá, en
cualquier ocasión, ya sea cuando se educa, ya después, hablarle con el lenguaje
del amor. Conquistado el corazón del discípulo, el educador puede ejercer sobre
él gran influencia y avisarle, aconsejarle y corregirle, aún después de
colocado en empleos. En cargos u en ocupaciones comerciales.
Por
estas y otras muchas razones, parece debe prevalecer el sistema preventivo
sobre el represivo.
Aplicaciones
del Sistema Preventivo
La
práctica de este sistema está apoyada en las palabras de San Pablo:” La caridad
es benigna y paciente…Todo lo sufre, todo lo espera y lo soporta todo”. Por
consiguiente, solamente el cristiano puede practicar con éxito el sistema
preventivo. Razón y religión son los medios de que ha de valerse continuamente
el educador, enseñándolos y practicándolos, si desea ser obedecido y alcanzar
su fin.
1) El
director debe, en consecuencia, vivir consagrado a sus educandos y no aceptar
nunca ocupaciones que le alejen de su cargo; aún más: ha de encontrarse siempre
con sus alumnos de no impedírselo graves ocupaciones, a no ser que estén por
otros debidamente asistidos.
2) Los
maestros. los jefes de taller y los asistentes han de ser de acrisolada
moralidad. Procuren evitar, como la peste, toda clase de aficiones o amistades
particulares con los alumnos, y recuerden que el desliz de uno solo puede
comprometer a un instituto educativo.
Los
alumnos no han de estar nunca solos. Siempre que sea posible, los asistentes
han de llegar antes que los alumnos a los sitios donde tengan que reunirse, y
estar con ellos hasta que vayan otros a sustituirlos en la asistencia, no los
dejen nunca desocupados.
3) Debe
darse a los alumnos amplia libertad de saltar, correr y gritar a su gusto. La
gimnasia, la música, la declamación, el teatro, los paseos son medios
eficacísimos para conseguir la disciplina y favorecer la moralidad y la salud.
Procúrese únicamente que la materia de los entretenimientos, las personas que
intervienen y las conversaciones que sostengan, no sean inconvenientes. Haced
lo que queráis, decía el gran amigo de la juventud, San Felipe Neri; a mi basta
con que no cometáis pecados.
4) La
confesión y comunión frecuente y la misa diaria son las columnas que deben
sostener el edificio educativo del cual se quieren tener alejados la amenaza y
el palo. No se ha obligar jamás a los alumnos a frecuentar los santos
sacramentos, pero si se les debe animar y darles comodidad para aprovecharse de
ellos.
En
ocasión de los ejercicios espirituales, triduos, novenas, platicas y
catequesis, póngase de manifiesto la belleza, sublimidad y santidad de una religión
que ofrece medios tan fáciles, como son los santos sacramentos, y a la vez tan
útiles para la sociedad civil, para tranquilidad del corazón y para la
salvación de las almas. Así quedarán los jóvenes espontáneamente prendados de
estas prácticas de piedad y las frecuentarán de buena gana y con placer y
fruto.
5) Debe
vigilarse con el mayor cuidado porque no entren en una casa de educación
compañeros, libros o personas carentes de moralidad. Un buen portero es un
tesoro para una casa de educación.
6) Terminadas
las oraciones de la noche, el director, o quien haga sus veces, diga siempre
algunas palabras afectuosas en público a los alumnos antes de que se vayan a
dormir, para avisarles o aconsejarles sobre lo que han de hacer o evitar.
Sáquense
avisos o consejos de lo ocurrido durante el día, dentro o fuera del colegio; y
no dure la platiquita más de dos o tres minutos. En ella está la clave de la
moralidad y de la buena marcha y éxito .de la educación.
7) Téngase
como nociva la opinión de retardar la primera comunión hasta una edad harto
crecida cuando, por lo general, el demonio se ha posesionado del corazón del
jovencito con incalculable daño de su inocencia. Según la disciplina de la
iglesia primitiva, solían darse a los niños las hostias consagradas que
sobraban de la comunión pascual.
Esto
nos hace conocer lo mucho que desea la iglesia sean admitidos pronto los niños
a la primera comunión. Cuando un niño sabe distinguir entre Pan y pan y revela
suficiente instrucción, no se mire la edad: entre el Soberano Celestial a
reinar en su corazón.
8) Los
catecismos recomiendan la comunión frecuente; San Felipe Neri la aconsejaba
semanal y aún más a menudo. El Concilio Tridentino dice bien claro que desea
ardientemente que todo fiel cristiano, cuando oye la santa misa, reciba también
la comunión. Pero esta comunión no sea tan solo espiritual, sino sacramental a
ser posible, a fin de sacar mayor fruto del divino sacrificio.
Utilidad
del Sistema Preventivo
Tal
vez diga alguno que es difícil este sistema en la práctica; a lo que respondo
que para los alumnos es bastante más fácil, agradable y ventajoso. para los
educadores encierra, eso sí, algunas dificultades, que disminuirán ciertamente
si se entregan por entero a su misión. El educador es una persona consagrada al
bien de sus discípulos, por lo que debe estar pronto a soportar cualquier
contratiempo o fatiga con tal de conseguir el fin que se propone, a saber: la
formación moral, intelectual y ciudadana de sus alumnos.
A
las ventajas del sistema preventivo arriba expuestas se añaden aquí estas
otras:
1) El
alumno tendrá siempre gran respeto a su educador, recordará complacido la orientación
recibida de él y a sus maestros y superiores como padres y hermanos suyos.
Dondequiera que van alumnos así educados, son, por lo general, consuelo de las
familias, útiles ciudadanos y buenos cristianos.
2) Cualquiera
que sea el carácter, la índole y el estado moral de un jovencito al entrar en
el colegio, los padres pueden vivir seguros de que su hijo no empeorará de
conducta, antes mejorará. Muchos que fueron por largo tiempo tormento de sus
padres y hasta expulsados de correccionales, tratados según estos principios,
cambiaron de manera de ser: se dieron a una vida cristiana, ocupan ahora en la
sociedad honrosos puestos y son apoyo de la familia y prestigio del lugar donde
viven.
3) Los
alumnos maleados que, por casualidad entren en un colegio, no pueden dañar a
sus compañeros, ni los demás ser por ellos perjudicados; porque no habrá ni
tiempo, ni ocasión, ni lugar para ello, y el asistente, a quien suponemos
siempre con los niños, pondría enseguida remedio.
Una
palabra sobre los castigos
¿ Qué
regla hay que seguir para castigar? A ser posible no se castigue nunca; cuando
la necesidad lo exigiere, recuérdese lo siguiente:
1*Procure
el educador hacerse amar de los alumnos si quiere hacerse obedecer. Así, el no
darles una muestra de cariño es castigo que emula, anima y jamás deprime.
2*Para
los niños es castigo lo que se hace pasar por tal. Se ha observado que una
mirada no afectuosa en algunos produce mayor efecto que un bofetón. La
alabanza, cuando se obra bien, y la represión a las faltas constituyen, ya de
por si, un gran premio o castigo.
3*Exceptuados
rarísimos casos, no se corrija ni se castigue jamás en público, sino en
privado, lejos de sus compañeros, usando la mayor prudencia y paciencia y
valiéndose de la razón y de la religión, para hacer comprender su falta al
culpable.
4*El
pegar, de cualquier modo, que sea, poner de rodillas en posición dolorosa,
tirar de las orejas y otros castigos semejantes se deben absolutamente evitar,
porque están prohibidos por las leyes civiles, irritan mucho a los alumnos y
rebajan al educador.
5*Dé a
conocer bien el director las reglas, los premios y castigos establecidos por
las normas disciplinarias, a fin de que el alumno no pueda disculparse diciendo:
“No
sabia que estuviera esto mandado o prohibido”.
Si se
practica en nuestras casas el sistema preventivo, estoy seguro de que se
obtendrán maravillosos resultados sin necesidad de acudir al palo ni a otros
castigos violentos. Hace cerca de cuarenta años que trato con la juventud, y no
recuerdo haber impuesto castigos de ninguna clase y, con la ayuda de Dios, he
conseguido no sólo el que los alumnos cumplieran con su deber, sino que
hicieran sencillamente lo que yo deseaba; y esto de aquellos mismos que no
daban ninguna esperanza de éxito educativo.
Juan Bosco, Pbro.
Reflexión personal
En el
año de 1959, llegaron al colegio donde cursaba el 5º. Año de educación primaria
los primeros salesianos y le pusieron por nombre Colegio Salesiano “Domingo
Savio”, desde entonces escuché que la educación tenía como norma el Sistemas
Preventivo de Don Bosco. Posteriormente inicié y culminé mis estudios de
educación secundaria en la 1º. de Mayo en el Colegio Salesiano de Santa Julia,
ambos en la Ciudad de México. Después de prestar mis servicios en la Secretaria
de Educación Pública durante 40 años, inicié mis estudios de Ciencias de la
Comunicación en la Universidad Salesiana de México.
Siempre
tuve la inquietud de investigar el origen del Sistema Preventivo de Don Bosco y
después de investigar en varios libros y en algunas páginas web, logré ubicar el
génisis del Sistema Preventivo el cual es el Opúsculo sobre el Sistema
Preventivo en el libro SISTEMA PREVENTIVO DE DON BOSCO del P. Fernando Peraza
Leal SDB en su 3ª. Edición.