lunes, 10 de febrero de 2020

Roland Barthes y Semiología






Roland Barthes  y Semiología

Roland Barthes (1913 – 1980), es conocido por el tiempo que le dedicó al estudio de los signos, la semiología.
Según Barthes la semiología es la disciplina que entiende que los seres humanos se comunican no solamente a través de los signos lingüísticos (el lenguaje) sino también de otros elementos culturales tales como la ropa, el peinado, los gestos, las imágenes, las formas y los colores a fin de convencernos unos a otros respecto de las emociones, valores e imágenes que deseamos transmitir.
Barthes y lo natural
Barthes señaló que con frecuencia, cometemos el error de llamar "natural" a lo que consideramos socialmente aceptable, moralmente deseable o estéticamente placentero. Por cierto, es natural comer, dormir, tener relaciones sexuales y usar el lenguaje... sin embargo, qué comemos, cuándo dormimos, cómo tenemos sexo y qué palabras usamos es algo que varía de acuerdo a la cultura o subcultura de la que formemos parte.
Aterrizando el hecho de que no solamente se comunica con el lenguaje, se selecciones tres indicadores que también intervienen el un acto comunicativo, como son: ropa, gestos y colores.
La ropa y el color de la misma, que usa el educador salesiano y el alumno, también influyen en la relación interpersonal. En el caso de la ropa, se puntualiza que la calidad de la tela con que fue elaborada la prenda, de igual forma comunica, inclusive se desprende el nivel económico de los actores y a la cultura de la forman parte.
En relación con el color de las prendas, se resalta que los colores tienen un significado psicológico y heráldico, por lo que de la misma manera influyen en el acto comunicativo en función del significado y significante que se le dé.
Los gestos de los luchadores parecen "naturales", del mismo modo que a nosotros nos resulta "natural" hablar fluidamente nuestra lengua materna. Pero Barthes observa que todas las formas de comunicación son artificiales pues su funcionamiento se debe a una estructura y la estructura solo puede funcionar en tanto y en cuanto vivamos dentro de una sociedad y no en estado "natural”.






domingo, 2 de febrero de 2020

EL OPÚSCULO SOBRE EL SISTEMA PREVENTIVO EN LA EDUCACIÓN DE LA JUVENTUD





EL OPÚSCULO SOBRE EL SISTEMA PREVENTIVO EN LA EDUCACIÓN DE LA JUVENTUD
  DON BOSCO



El Opúsculo sobre el Sistema Preventivo[1]



EL OPÚSCULO SOBRE EL SISTEMA PREVENTIVO es la redacción hecha por Don Bosco del núcleo doctrinal de su conferencia pronunciada en Nizza, pocos días antes, en la inauguración del Patronato de San Pedro del cual era “Director y Fundador”.
La celebración tuvo lugar el lunes 12 de marzo de 1877 y fue presidido por el obispo Jean Pierre Sola, Don Bosco había hablado entre francés e italiano intencionalmente, y con un aire jocoso. Expuso, ante todo, la historia y la finalidad de la Obra y luego algunas ideas sobre su Sistema de Educación.
 [1] La imagen de Don Bosco que he colocado al principio la publicó el Colegio Salesiano Pio XII de Puerto La Cruz.
Antes de partir de nuevo a Italia lo comprometen en Francia para que les envié por escrito el contenido de su intervención. Don Bosco lo hace en los días inmediatamente subsiguientes.
En efecto, el 23 del mismo mes escribe al director salesiano José Ronchail. Le dice que “el discurso (I’exposé) está terminado”, y entre el 3 y 10 de abril se lo remite. El relato comienza con la crónica de la jornada de Nizza y la historia de la obra.
Por la croniquilla de Julio Barberis, se deduce que el material enviado incluía las páginas sobre el Sistema Preventivo, pero no poseemos hoy el original del mismo. Las transcripciones que serán publicadas pertenecen a Joaquín Berto; la versión en francés supone a lo menos tres traductores diversos. Las correcciones hechas por Don Bosco son insignificantes.
El pequeño tratado es como “el índice de una obrita” nunca escrita por el santo. Resume la experiencia personal de Don Bosco y de sus hijos y colaboradores. El Opúsculo es contemporáneo a la redacción de los Reglamentos de sus Instituciones. Francisco Desramaut puntualiza la denominación francesa de “Patronage” que se usó para esta fundación.
Evoca, escribe, una serie de conceptos sociales como el de pobreza, el de desamparo juvenil; el de protección y formación moral. Cita parte de una crónica referente al Patronato de San Pedro que apareció en el Boletín Salesiano de 1898.  
 “El Patronato es una obra de educación y de acompañamiento. Etimológicamente el *Patronato* protege al niño y al muchacho de su propia debilidad, de las influencias nocivas del ambiente y de las propias pasiones…En el Patronato los jovencitos reciben una formación cristiana; hallan sanas diversiones; educación en el trabajo, en el manejo del dinero y en la formación de la personalidad; viven de amor paternal de sus educadores que es el amor de Nuestro Señor Jesucristo”
Hace notar, al narrar la jornada del 12 de marzo, como Don Bosco, se introduce en el tema de su propuesta educativa con un episodio que recuerda el de Garelli, del 8 de diciembre de 1841, con el que inicia en sus Memorias el relato de su Oratorio de Turín.
Una mañana se presenta, un pequeño violinista, para solicitar su admisión. Como Bartolomé Garelli tampoco tiene padre; pero esta vez, la madre no ha muerto, vive en una grande miseria, el subsiste por la música de su destartalado instrumento. Tiene de quince a dieciséis años. No ha hecho la primera Comunión, y apenas sabe escribir y leer.
Don Bosco hace notar que de chicos como este están llenas las cárceles.
Este episodio, en la biografía francesa de Don Bosco que escribe Carlos D´E
Spiney cuatro años más tarde, termina con esta frase
“¡Bien! ¡Amiguito mío, tienes todas las cualidades requeridas para entrar en la casa de Don Bosco! Y ordenó fuera admitido de inmediato. Este niño hoy en día es un excelente industrial”
*El texto publicado en 1877
El Sistema Preventivo en la educación de la juventud
Muchas veces se me ha pedido, de palabra o por escrito, algunos pensamientos sobre el llamado sistema preventivo practicado en nuestras casas. Por falta de tiempo no he podido hasta ahora satisfacer tales deseos; más disponiéndome en la actualidad a imprimir el Reglamento usado ordinariamente hasta el presente casi por tradición, estimo oportuno dar aquí una idea que será o el índice de una obrita que estoy preparando y que publicaré, si Dios me da vida y salud para terminarla. Hago esto movido únicamente por el deseo de aportar mi granito de arena al difícil arte de educar a la juventud. Diré, pues, en qué consiste sistema preventivo y por qué debe preferirse, sus aplicaciones prácticas y sus ventajas.
En qué consiste el Sistema Preventivo y por qué debe preferirse
Dos sistemas se han usado en todos los tiempos para educar a la juventud: el preventivo y el represivo. El represivo consiste en dar a conocer las leyes a los súbditos, y vigilar después para conocer a los transgresores y aplicarles, cuando sea necesario, el correspondiente castigo. Basándose en este sistema, la palabra y la mirada del superior deben ser en todo momento, más que severas, amenazadoras. El mismo superior debe evitar toda familiaridad con los subordinados.
El director, para aumentar su autoridad, debe dejarse ver raras veces de los que de él dependen, y, por lo general, sólo cuando se trate de imponer castigos de amenazar.
Este sistema es fácil, poco trabajoso y sirve principalmente para el ejército y, en general, para los adultos juiciosos, en condición de saber y recordar las leyes y prescripciones.
Diverso, y casi diré opuesto, es el sistema preventivo. Consiste en dar a conocer las prescripciones y reglamentos de un instituto y vigilar después, de manera que los alumnos tengan siempre sobre si el ojo vigilante del director o de los asistentes, los cuales, como padres amorosos, hablen, sirvan de guía en toda circunstancia, den consejos y corrijan con amabilidad; que es como decir: consiste en poner a los niños en la imposibilidad de faltar.
Este sistema descansa por entero en la razón, en la religión y en el amor; excluye, por consiguiente, todo castigo violento y procura alejar aún los suaves.
El sistema preventivo parece preferible por las razones siguientes:
1) El alumno, avisado según este sistema, no queda avergonzado por las faltas cometidas, como acaece cuando se las refieren al superior. No se enfada por la corrección que le hacen ni por los castigos con que le amenazan, o que tal vez le imponen; porque este va acompañado siempre de un aviso amistoso y preventivo, que lo hacen razonable, y termina, ordinariamente, por ganarle de tal manera el corazón, que él mismo comprende la necesidad del castigo y casi lo desea.
2) La razón más fundamental es la ligereza infantil, por la cual fácilmente se olvidan los niños de las reglas disciplinarias y de los castigos con que se van sancionadas. A esta ligereza se debe sea, a menudo, culpable el jovencito de una falta y merecedor de un castigo al que no había nunca prestado atención y del que no se acordaba en el momento de cometer la falta; y ciertamente no la habría cometido si una voz amiga se lo hubiese advertido.
3) El sistema represivo puede impedir un desorden, mas con dificultad hacer mejores a los que delinquen. Se ha observado que los alumnos no se olvidan de los castigos que se les han dado, y que, por lo general, conservan rencor, acompañado del deseo de sacudir el yugo de la autoridad y aun de tomar venganza. 
Parece a veces que hacen caso omiso; mas quien sigue sus pasos sabe muy bien cuán terribles son las reminiscencias de la juventud; y cómo olvidan fácilmente los castigos que les han dado los padres, mas, con mucha dificultad, los que les imponen los maestros. Algunos han habido que después se vengaron brutalmente de castigos que les dieron cuando se educaban.
El sistema preventivo, por el contrario, gana al alumno, el cual ve en el educador a un bienhechor que le avisa, desea hacerle bueno y librarle de sinsabores, de castigos y de la deshonra.
4) El sistema preventivo dispone y persuade de tal modo al alumno, que el educador podrá, en cualquier ocasión, ya sea cuando se educa, ya después, hablarle con el lenguaje del amor. Conquistado el corazón del discípulo, el educador puede ejercer sobre él gran influencia y avisarle, aconsejarle y corregirle, aún después de colocado en empleos. En cargos u en ocupaciones comerciales. 
Por estas y otras muchas razones, parece debe prevalecer el sistema preventivo sobre el represivo. 
Aplicaciones del Sistema Preventivo
La práctica de este sistema está apoyada en las palabras de San Pablo:” La caridad es benigna y paciente…Todo lo sufre, todo lo espera y lo soporta todo”. Por consiguiente, solamente el cristiano puede practicar con éxito el sistema preventivo. Razón y religión son los medios de que ha de valerse continuamente el educador, enseñándolos y practicándolos, si desea ser obedecido y alcanzar su fin. 
1) El director debe, en consecuencia, vivir consagrado a sus educandos y no aceptar nunca ocupaciones que le alejen de su cargo; aún más: ha de encontrarse siempre con sus alumnos de no impedírselo graves ocupaciones, a no ser que estén por otros debidamente asistidos.              
2) Los maestros. los jefes de taller y los asistentes han de ser de acrisolada moralidad. Procuren evitar, como la peste, toda clase de aficiones o amistades particulares con los alumnos, y recuerden que el desliz de uno solo puede comprometer a un instituto educativo.
Los alumnos no han de estar nunca solos. Siempre que sea posible, los asistentes han de llegar antes que los alumnos a los sitios donde tengan que reunirse, y estar con ellos hasta que vayan otros a sustituirlos en la asistencia, no los dejen nunca desocupados.
3) Debe darse a los alumnos amplia libertad de saltar, correr y gritar a su gusto. La gimnasia, la música, la declamación, el teatro, los paseos son medios eficacísimos para conseguir la disciplina y favorecer la moralidad y la salud. Procúrese únicamente que la materia de los entretenimientos, las personas que intervienen y las conversaciones que sostengan, no sean inconvenientes. Haced lo que queráis, decía el gran amigo de la juventud, San Felipe Neri; a mi basta con que no cometáis pecados.
4) La confesión y comunión frecuente y la misa diaria son las columnas que deben sostener el edificio educativo del cual se quieren tener alejados la amenaza y el palo. No se ha obligar jamás a los alumnos a frecuentar los santos sacramentos, pero si se les debe animar y darles comodidad para aprovecharse de ellos.
En ocasión de los ejercicios espirituales, triduos, novenas, platicas y catequesis, póngase de manifiesto la belleza, sublimidad y santidad de una religión que ofrece medios tan fáciles, como son los santos sacramentos, y a la vez tan útiles para la sociedad civil, para tranquilidad del corazón y para la salvación de las almas. Así quedarán los jóvenes espontáneamente prendados de estas prácticas de piedad y las frecuentarán de buena gana y con placer y fruto.
5) Debe vigilarse con el mayor cuidado porque no entren en una casa de educación compañeros, libros o personas carentes de moralidad. Un buen portero es un tesoro para una casa de educación.
6) Terminadas las oraciones de la noche, el director, o quien haga sus veces, diga siempre algunas palabras afectuosas en público a los alumnos antes de que se vayan a dormir, para avisarles o aconsejarles sobre lo que han de hacer o evitar.
Sáquense avisos o consejos de lo ocurrido durante el día, dentro o fuera del colegio; y no dure la platiquita más de dos o tres minutos. En ella está la clave de la moralidad y de la buena marcha y éxito .de la educación.
7) Téngase como nociva la opinión de retardar la primera comunión hasta una edad harto crecida cuando, por lo general, el demonio se ha posesionado del corazón del jovencito con incalculable daño de su inocencia. Según la disciplina de la iglesia primitiva, solían darse a los niños las hostias consagradas que sobraban de la comunión pascual.
Esto nos hace conocer lo mucho que desea la iglesia sean admitidos pronto los niños a la primera comunión. Cuando un niño sabe distinguir entre Pan y pan y revela suficiente instrucción, no se mire la edad: entre el Soberano Celestial a reinar en su corazón.
8) Los catecismos recomiendan la comunión frecuente; San Felipe Neri la aconsejaba semanal y aún más a menudo. El Concilio Tridentino dice bien claro que desea ardientemente que todo fiel cristiano, cuando oye la santa misa, reciba también la comunión. Pero esta comunión no sea tan solo espiritual, sino sacramental a ser posible, a fin de sacar mayor fruto del divino sacrificio. 
Utilidad del Sistema Preventivo
Tal vez diga alguno que es difícil este sistema en la práctica; a lo que respondo que para los alumnos es bastante más fácil, agradable y ventajoso. para los educadores encierra, eso sí, algunas dificultades, que disminuirán ciertamente si se entregan por entero a su misión. El educador es una persona consagrada al bien de sus discípulos, por lo que debe estar pronto a soportar cualquier contratiempo o fatiga con tal de conseguir el fin que se propone, a saber: la formación moral, intelectual y ciudadana de sus alumnos.
A las ventajas del sistema preventivo arriba expuestas se añaden aquí estas otras:
1) El alumno tendrá siempre gran respeto a su educador, recordará complacido la orientación recibida de él y a sus maestros y superiores como padres y hermanos suyos. Dondequiera que van alumnos así educados, son, por lo general, consuelo de las familias, útiles ciudadanos y buenos cristianos.          
2)  Cualquiera que sea el carácter, la índole y el estado moral de un jovencito al entrar en el colegio, los padres pueden vivir seguros de que su hijo no empeorará de conducta, antes mejorará. Muchos que fueron por largo tiempo tormento de sus padres y hasta expulsados de correccionales, tratados según estos principios, cambiaron de manera de ser: se dieron a una vida cristiana, ocupan ahora en la sociedad honrosos puestos y son apoyo de la familia y prestigio del lugar donde viven.
3)   Los alumnos maleados que, por casualidad entren en un colegio, no pueden dañar a sus compañeros, ni los demás ser por ellos perjudicados; porque no habrá ni tiempo, ni ocasión, ni lugar para ello, y el asistente, a quien suponemos siempre con los niños, pondría enseguida remedio. 
    Una palabra sobre los castigos  
¿ Qué regla hay que seguir para castigar? A ser posible no se castigue nunca; cuando la necesidad lo exigiere, recuérdese lo siguiente:
1*Procure el educador hacerse amar de los alumnos si quiere hacerse obedecer. Así, el no darles una muestra de cariño es castigo que emula, anima y jamás deprime.
2*Para los niños es castigo lo que se hace pasar por tal. Se ha observado que una mirada no afectuosa en algunos produce mayor efecto que un bofetón. La alabanza, cuando se obra bien, y la represión a las faltas constituyen, ya de por si, un gran premio o castigo.
3*Exceptuados rarísimos casos, no se corrija ni se castigue jamás en público, sino en privado, lejos de sus compañeros, usando la mayor prudencia y paciencia y valiéndose de la razón y de la religión, para hacer comprender su falta al culpable.
4*El pegar, de cualquier modo, que sea, poner de rodillas en posición dolorosa, tirar de las orejas y otros castigos semejantes se deben absolutamente evitar, porque están prohibidos por las leyes civiles, irritan mucho a los alumnos y rebajan al educador.
5*Dé a conocer bien el director las reglas, los premios y castigos establecidos por las normas disciplinarias, a fin de que el alumno no pueda disculparse diciendo:
“No sabia que estuviera esto mandado o prohibido”.
Si se practica en nuestras casas el sistema preventivo, estoy seguro de que se obtendrán maravillosos resultados sin necesidad de acudir al palo ni a otros castigos violentos. Hace cerca de cuarenta años que trato con la juventud, y no recuerdo haber impuesto castigos de ninguna clase y, con la ayuda de Dios, he conseguido no sólo el que los alumnos cumplieran con su deber, sino que hicieran sencillamente lo que yo deseaba; y esto de aquellos mismos que no daban ninguna esperanza de éxito educativo.
Juan Bosco, Pbro.

Reflexión personal

En el año de 1959, llegaron al colegio donde cursaba el 5º. Año de educación primaria los primeros salesianos y le pusieron por nombre Colegio Salesiano “Domingo Savio”, desde entonces escuché que la educación tenía como norma el Sistemas Preventivo de Don Bosco. Posteriormente inicié y culminé mis estudios de educación secundaria en la 1º. de Mayo en el Colegio Salesiano de Santa Julia, ambos en la Ciudad de México. Después de prestar mis servicios en la Secretaria de Educación Pública durante 40 años, inicié mis estudios de Ciencias de la Comunicación en la Universidad Salesiana de México.
Siempre tuve la inquietud de investigar el origen del Sistema Preventivo de Don Bosco y después de investigar en varios libros y en algunas páginas web, logré ubicar el génisis del Sistema Preventivo el cual es el Opúsculo sobre el Sistema Preventivo en el libro SISTEMA PREVENTIVO DE DON BOSCO del P. Fernando Peraza Leal SDB en su 3ª. Edición.